Es un Chardonnay 100%, que logra expresar con gran elegancia la asincronía que sucede en un viñedo de arena en medio del Valle de Guadalupe, donde por los calores típicos del verano, los aromas y azúcares se aceleran y las acideces se retrasan, afortunadamente gracias a esto, se logra tener un vino con aromas intensos, con gran volumen en boca, sin perder la acidez y frescura. La vinificación está hecha con prensados de racimos enteros a presiones muy bajas, con un rendimiento del 25% por tonelada, que permiten extraer lo más sutil y elegante, con una vinificación parcial en tanque de acero inoxidable y luego en barricas francesas. Y con una fermentación maloláctica que lo redondea y le da cremosidad. Es un vino insospechado para una zona cálida, sorprendente por su elegancia y encanto.